Capítulo II
El
aburrimiento aumentaba al pasar los segundos… el departamento se encontraba
fresco a pesar del calor que hacia afuera.
-¿A qué
hora vendrá?- preguntó Marilyn.
-No dijo,
fue al aeropuerto por Lya…- Dylan se levantó y caminó hacia el refrigerador por
una cerveza- ¿tomas?
-¡Llegamos!-
entró Anton con dos maletas siendo sostenidas por sus fuertes y resistentes
brazos, detrás de él se encontraba Lya con su bolsa teniendo la vista ocupada
por su celular- Veo que si la encontraste - Decía mientras miraba a su hermana menor.
-Más bien
ella me encontró- Dylan miraba detenidamente a Marilyn mientras esta volvía a ponerse
sus audífonos para escuchar música.
-¿A dónde
piensas ir?
-Saldré a
pasear un rato-dijo mientras abotonaba su camisa color negro.
-¿Hasta
New York?...
-Si sabes
a donde voy, entonces no entiendo el por qué haces esa pregunta tan ilógica -
le sonrió, miró a aquella mujer que se encontraba acostada en esa cama
mirándolo preocupada y enojada.
-No te
entiendo… ¿Cómo es que te atreves a ir a verla?
-Es mi
novia- se puso el saco, se miró al espejo y agarró su mejor reloj.
-Me
dijiste que ya no eran nada, te escuché hablar con ella y…
-Por última
vez- se acercó a ella mirándola con furia- ¡deja de estarme espiando! ¿Ok?, no
me conoces enojado querida- esperó a que ella se grabara la mirada penetrante
que tenía en ese momento para luego alejarse un poco- no me llames, te llamaré
cuando regrese.
-Gracias
por traerme, sigo pensando que vine en vano.
-No te
enojes Marilyn, mañana llegan nuestros padres.
-Sabes que
odio todo esto ¿Por qué tengo que ser la Dama de Honor? ¿ella no tiene amigas?
-Eso no
importa, importa que el favor me lo estás haciendo a mí, a tu querido hermano-
sus ojos comenzaban a brillar haciendo el gesto de perro regañado.
- Ok, no
me queda de otra- inspiró- Lo malo es que después de todo esto, no sé qué haré.
-No te
preocupes por eso, yo te ayudaré, aunque sea desde mi luna de miel, pero lo
haré- y la abrasó para luego irse al momento en que su hermana entrara a la
habitación del hotel.
-Lo bueno
es que por lo menos te dejó quedarte a
dormir.
-Ya sería
el colmo que dijera que no- Dylan se detuvo a mirar detenidamente la botella de
la cerveza que estaba en su mano derecha-
-Anton…Me
acabo de dar cuenta de que tomo mucho.
Anton
soltó unas cuantas carcajadas.
-Tenías
razón, no sé qué harás sin mí
-Necesito
un compañero que me controle- los dos estaban descansando en la sala disfrutando
simplemente de la buena música que sonaba y de la comodidad que les brindaba el
sillón que había sido un regalo de una ex novia de Anton -Mientras estaba tu
novia y tu hermana, me acordé de aquella vez que viajamos hasta donde viven tus
padres a una reunión “familiar” y…
-Te
besaste con dos de mis primas…y te salvé de una de mis tías.
-¡Sí!...fue
tan extraño jajaja, pero épico.
-¿Épico?...
¡casi te besas con una de mis tías!
-Fue un
accidente…pensé que era tu hermana y...
-¡¿Qué?!-
se sobresaltó Anton- ya sabes que tienes prohibido tener algo con ella.
-Lo sé,
estaba bromeando, es interesante la reacción que tomas.
-Claro que
no, es una reacción normal, pero no lo comprendes porque eres hijo único.
-Ay bueno-
se levantó tirando la botella en el bote de basura que estaba lleno de puros
embaces de cerveza- tengo hambre y hay toquin en una hora… ¿vas?
-¿Hambriento
y tocarás?...eso lo quiero ver.
El hotel
estaba tan bien decorado, perfecto para una reunión…
-Sólo
faltan 20 minutos y Dylan no llega- Anton estaba muy preocupado, su mejor amigo
estaba atorado en el tráfico.
-Calma, no
ha de tardar…- en ese mismo instante, detrás de Marilyn quien estaba con Anton,
llegaba Dylan corriendo muy elegante y sin olvidar los chinos rebeldes pero
sensuales
-Siento la
tardanza, el maldito taxi…
-¡ya
vámonos!- dijo Marilyn jalando a los dos para dirigirse al salón en donde ya
estaban todos los invitados. Marilyn no pudo evitar mirar a Dylan, mirar ese
traje que le quedaba a la perfección,
ese cuello sin abotonar y sin corbata, esas mejillas rosas por el sol y esos
labios carnosos.
Mientras
Marilyn estaba al lado de los novios, pidiendo en su interior que terminara
para salir corriendo del aburrimiento, por un momento volteó y miró hacia la
entrada donde justamente se abrió lento
dejando entrar a ese hombre tan elegante, encontrándose las dos miradas de
inmediato-¡Shit!- dijo en susurro con esa expresión de desagrado.
-¿Es
Darrell Dosseti?- preguntó Lya ignorando a Marilyn que le había hecho una
pregunta.
-Si…es él.
-¿Qué hace
aquí el hijo del jefe de Anton?
-Ahora
mismo le preguntaré- Anton se levantó y se acercó con rapidez hacia Darrell que
miraba atento los adornos.
-¿Se te
ofrece algo?...
-¡Anton
Black!- lo abrasó - Muchas felicidades…
-¿Qué
haces aquí?- Darrell jugaba con una de las rosas rojas que había arrancado del
adorno- sólo vine a felicitarte por
parte de mi padre.
-¿Cómo
supiste…?
-Por mis
queridos suegros- sonrió al momento de alejarse para saludar a los padres de
Anton-
-¡Darrell!-
dijo alegre el Sr. Black que caminaba a lado de su esposa- Pensamos que no vendrías,
como nuestra hija no dijo nada…
-Fue de
improvisto, tuve suerte de estar desocupado y me apresuré para festejar con su
hijo y de paso ver a su hija
A lo lejos
Marilyn miraba como sus padres hablaban amablemente con Darrell esperando a que
él se acercara a ella antes de mostrarse con toda la familia. Lya estaba
ocupada presumiendo el vestido a sus parientes y por detrás alguien había
rozado su hombro.
-Creo que
necesitarás esto- Dylan le ofreció una bebida accediendo rápidamente.
-¿Tú sabes
algo?...
-Sólo sé
que Anton no lo soporta y no sé como
reaccione al verlo justo el día en que anunció su compromiso…
-Me matará, al terminar
todo esto explotara por mi culpa.
Capítulo I
Sentía
nervios, todos los pasajeros la miraban de una forma extraña pero ella lo
entendía, era por su cabello de color azul, los minutos pasaban, el avión
seguía su curso y sólo faltaba media hora para aterrizar-¡por favor deje de
mirarme!- gritó desesperada por aquella mirada que venía sintiendo desde el
inicio del viaje- ¿Qué quiere? ¿Quiere una foto?...
-¿Sería
eso posible?- Marilyn no comprendió, miró a ese hombre bien vestido y simpático
que se encontraba sentado a su lado derecho.
-¿Qué? ¿En
verdad quiere la foto?
-Por
supuesto, soy Estilista profesional y me encantó tu estilo- sacó una tarjeta de
la bolsa de su camisa de marca y se la dio a Marilyn.
-No sé qué
decir…sólo, lo siento, pensé que…
-¿Qué te
miraba feo por ser diferente?, es lo que busco, gente diferente que imponga
originalidad, esos tonos azules en tu cabello- se veía claramente como le
brillaban los ojos, como miraba con adoración el cabello de Marilyn- son
fantásticos, ¿Quién te lo pintó?
- Si le
digo que fue mi mamá en un intento de experimentar, ¿me creería?
Rió
alegremente, era lógico que no le creyera.
-Es
enserio…ella lo hizo, solo decoloró y pintó- de inmediato los ojos de aquel
hombre se abrieron de par en par.
-¿Cómo lo
hizo?
-Mi teoría
es que, mientras lo hacía, con la tv encendida, por obvias razones se entretenía
mientras decoloraba algunos cabellos así que…
-No
decoloró todo al mismo tiempo.
-Exacto-
dijo Marilyn sonriente- así es como quedó mi cabello con muchos tonos de azul.
ALEXANDER
MURRAY, estilista profesional bajaba del avión detrás de Marilyn hasta entrar al aeropuerto donde irían en
busca de su equipaje – y dime… ¿Qué haces aquí en New York?
-De
visita- sonrió como siempre- vengo a ver a mi hermano.
-Qué
lindo- Murray buscaba con la mirada su maleta, veía pasar muchas iguales,
negras y grandes pero la suya tenía algo especial- ¡la encontré!- se dirigió
hacia ella, la agarró y regresó en donde se encontraba Marilyn parada esperando
su equipaje
-¡Es un
heartagram!- gritó emocionada- ¡es la maleta más genial que he visto en mi
vida!
- ¡Verdad
que sí!- y en ese mismo instante comprendió que Alexander era Gay, pero para
confirmarlo tenía que preguntar algo específico.
-¿Y qué
dices de Ville Valo?
-¡Que es
todo un bombón finlandés!
Caminaron juntos hasta la zona de taxis.
-Espero y
tengas suerte con tu nuevo empleo peinando a famosos
-Es lo que
siempre he soñado y linda, tu cabello tiene que estar en forma de poster pegado
en mi establecimiento.
-Jaja,
claro que lo estará, ¿nos ponemos de acuerdo?
-Por
supuesto, la tarjeta tiene mi número,
llámame cuando gustes visitarme y con gusto te retoco tu look- se despidieron
con un beso en la mejilla, Marilyn subió
al primer taxi que vió y de lejos miró a Murray subirse a otro, había sido la
primera vez en la que se sentía a gusto con un desconocido, obviamente no un
desconocido común. Era sumamente importante esta visita, su hermano anunciaría
su compromiso, algo que a ella le había contado meses atrás y que estaba
totalmente de acuerdo. El taxi llegó a su destino, donde se hospedaría por un
par de días.
-Anton…
¿seguro que no estoy soñando?
-Estoy muy
seguro Dylan- dijo mientras disfrutaba de una refrescante cerveza sentado en el
sofá mientras miraba vídeos musicales en VH1, Dylan caminó hacia el
refrigerador donde, al abrirlo se puso a ver con detenimiento lo que había
dentro de él-
-No sé qué
haré sin ti como mi compañero, tendré que buscar a alguien para poder pagar la
renta y todo lo demás- al finalizar su búsqueda por algo refrescante, optó por
agarrar lo mismo que Anton para luego regresar a sentarse y platicar con su
amigo.
-No se te
hará difícil, conociéndote encontraras a muchas mujeres sexys que quieran
pagarte todo.
-No quiero
a una mujer viviendo conmigo, ¿te imaginas tener a una mujer sexy compartiendo
el departamento?...si tuviéramos sexo no podría irme en la madrugada como
acostumbro.
-Pues solo
te cambiarias de cuarto- Dylan miró molesto a Anton- bueno, solo era una sugerencia-
y él seguía con esa mirada fija y molesta- ¡vamos Dylan!, lo decía de broma, sé
que terminarás buscando a un muchacho y te harás su compadre, y me sustituirás
por alguien tal vez mejor que yo…
-En
definitiva será difícil cuando te cases- inspiró profundamente y tomó un poco más
de cerveza- pero jamás te cambiaria- volteó a ver a Anton- eres mi mejor amigo,
eres como mi hermano – Anton estaba a punto de decirle lo mismo cuando se escuchó
un pequeño zumbido, vio su celular y se levantó con rapidez-
-¡Mi
hermana!- dijo preocupado-
-¿Qué
tiene?- preguntó Dylan sin dejar de introducir alcohol a su organismo.
-Quedé con
ella de vernos en el café de enfrente, pero tengo que irme por Lya al
aeropuerto- se veía tenso, pensaba demasiado sin tener alguna solución y Dylan
simplemente sonrió para luego levantarse-
-No te
compliques la vida, para tu suerte no tengo nada que hacer así que podría…
-¡Muchas
gracias hermano!- lo abrasó con entusiasmo- me iré por Lya, me esperan aquí
¿ok?- y salió corriendo.
-¡Hey!...
¡yo iba a ir por Lya!- y se cerró la puerta de un sólo golpe- ahora tendré que
ir por su hermana…
Sus oídos
retumbaban a causa de la canción que venía escuchando por medio de sus
audífonos, caminaba tranquilamente por las calles mientras se distraía un poco
con Turbo Lover de Judas Priest, el bolsillo trasero de su
pantalón comenzó a vibrar debido a su celular el cual lo sacó y miró en la
pantalla para reconocer el número pero solamente decía “privado”, pensó en no
contestar y seguir su camino, pero recordó a un hombre que siempre le llamaba
de ese tipo de números.
-¿Hola?-
contestó algo indecisa
-¡Hey
dulzura!
-Tenía la
idea de que serias tú…y por favor no me digas así.
-¿En dónde
estás?, llevo horas tratando de llamarte…
-Estoy
lejos…justo como te dije que lo haría- miró a su alrededor en busca de la
cafetería
-Vamos
Marilyn, no digas eso, te dije que teníamos que hablar acerca de lo sucedido.
-Olvídalo
¿ok?, no fue nada…
-¿No fue
nada? ¡Te acabas de ir!
-Es solo
una parte de mí que es nueva para ti.
-Ok, por
lo menos dime en donde estás.
-¿Para que
vengas? ¡No, gracias!
- No seas
grosera- y rió por unos segundos - anda nena, tal vez pueda y vaya a verte.
-No me
digas de ninguna forma, sólo llámame Marilyn ¿te queda claro?
-¿Te
afecta en algo que te diga así?
-Simplemente
no me gusta…estoy en NY- y su mirada se quedó clavada en el local donde
esperaría a su hermano- te dejo- y colgó rápidamente para entrar, era un tipo
de Cafetería que si estuviera en donde ella vivía iría del diario, en la
entrada, como letrero o título tenía una enorme guitarra donde decía
“Coffee Rock’s”, al entrar el ambiente
se sentía de inmediato, fresco y
artístico, se dirigió a la mesa que tenía forma de spiga y
puso su morral a un lado de ella esperando a que llegara su hermano.
Pasó media hora y no había señal de Anton, en cambio Marilyn comenzaba a
desesperarse pero no le llegaba la idea de llamarle a su celular por andar
escuchando música y disfrutando del café que había pedido para pasar el rato.
-Disculpa-dijo
una vos masculina cerca de ella, Marilyn tenía la mirada fija en su celular
hasta que al sentir una presencia cerca
de ella, alzó la mirada y se quitó los audífonos, no dijo nada, sólo lo miró
con detenimiento –Qué sexy- pensó sonriendo al mismo tiempo.
-¿Perdón?
-Me
peguntaba si de casualidad no has visto a una mujer no mayor de 25 ni menor de
20…
-Aquí hay
muchas con esa descripción.
Se
rió, su risa era coqueta.
-Lo sé,
pero tengo un grave problema.
-¿A si?,
y….¿podría ayudarte en algo?- Aquel hombre que se encontraba parado cerca de la
mesa donde se encontraba Marilyn tenía un aspecto agradable, vestía jeans
gastados, rotos de una rodilla y partes bajas del pantalón, portaba una camisa color negra ligeramente desabrochada de los
primeros tres botones de arriba hacia abajo dejando ver un poco de su pecho y
aquel collar largo que traía una cruz café oscuro, unos Converse clásicos algo sucios, su cabellera, café oscuro, mediano,
alborotado y algo rizado que de alguna manera hacían resaltar sus ojos de color
entre verde y azul, que portaba aquel rostro fino y
deslumbrante.
-Creo que no-
sonrió- lo único que te puedo decir es que un amigo me matará si no encuentro a
su hermana…
-Espera-
interrumpió Marilyn- ¿acaso tu amigo se llama Anton?- los dos se quedaron
callados por unos segundos, los dos tenían la ligera idea y ganas de querer
ligarse mutuamente pero al sospechar lo que pasaría, ese deseo había
desaparecido por completo.
-¿Eres
Marilyn?- preguntó.
-¿Cómo es
que sabes mi nombre?
-Tu
hermano me lo recalcó miles de veces….tenemos que irnos…
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